El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La enfermedad de Alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI, ya que es la causa más común de demencia: representa entre el 50% y el 75% de todos los casos, y se estima que, para el año 2050, el número de personas con Alzheimer ascenderá a 131,5 millones.
Objetivos del Día Mundial del Alzheimer
Se trata de concientizar sobre esta enfermedad que afecta no sólo a los pacientes, sino también a los cuidadores y sus familiares. En la actualidad, no existe una cura para el Alzheimer pero sí se puede establecer pautas para retrasar el deterioro que produce.
¿Qué es el alzheimer?
Es una enfermedad que conlleva la declinación de las habilidades cognitivas y la capacidad funcional, junto con la aparición de síntomas conductuales y psicológicos. Las células nerviosas del cerebro se van degenerando y la masa cerebral disminuye, de forma tal que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante, que se manifiesta en impedimentos en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para resolver problemas sencillos de la vida cotidiana.
No existe un tratamiento para prevenirlo ni para frenar su avance. Se utilizan medicamentos que ayudan a controlar algunos síntomas de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero sólo suelen ser útil en las primeras fases, perdiendo su efectividad en fases más avanzadas.
Las causas
Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 años antes de que se manifiesten los primeros síntomas, en una región del cerebro llamada hipocampo, donde se procesa el aprendizaje y se fijan nuevos recuerdos. Luego se va extendiendo a otros sectores del cerebro, alterando las funciones ejecutivas con la manifestación del deterioro cognitivo, finalizando en demencia.
Hábitos para prevenir el alzheimer
El origen de la enfermedad del Alzheimer se debe a una combinación de factores, algunos de ellos inmodificables, como la edad o la genética; pero existen otros que sí pueden modificarse, relacionados con el estilo de vida. En ese sentido, se sugiere:
- Reducir el consumo de grasas saturadas.
- Establecer una dieta rica en verduras, frutas y legumbres.
- Consumir alimentos con vitamina E y B12 (frutos secos, semillas, hojas verdes, aceites vegetales, pescado).
Mantenerse activo, física, mental y socialmente.